315.- Postal de la vida
Duermo si tengo sueño;
tras el sueño me despierto
pensando que todo es cierto,
lo que vivo y lo que sueño.
Porque la vida es ensueño
por todo lo que nos da.
Ella nos abre los ojos
con colores de postal.
La verdad no se defiende,
es tan obvia su presencia
que aquéllos que la niegan
cargan con ella a cuestas.
La vida es tan sencilla
que sólo hay que vivirla
con ingredientes sencillos:
ama, respeta y vívela.
Todos tenemos razón;
la culpa siempre es del otro;
aquél que apaga la luz
se siente dueño del coto.
Se llega a la conclusión
que tenemos libertad
cuando alguien nos lo dice
sin dejarnos respirar.
Tu libertad y la mía
son, por tanto, incompatibles;
la tuya busca riquezas,
la mía es mucho más simple.
En un rinconcito tengo
naranjas a repartir;
la mitad nos las comemos,
las demás son para ti.
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