sábado, 27 de abril de 2024

356.- Un planeta por herencia

356.- Un planeta por herencia


El tiempo es un tsunami

que va arrastrando con todo.

Sólo queda la memoria

de lo que fue de nosotros.


Miles de generaciones,

anteriores a la nuestra,

quedaron en el olvido;

así, también, quedará ésta.


Y vendrán otras futuras

descubriendo cosas nuevas

y olvidando que pasamos,

como ellos, por estas tierras.


De nosotros quedarán

las cosas que les dejemos:

la tierra, el mar y el cielo,

siempre y cuando  las cuidemos.


Les dejamos como herencia

la misma que recibimos:

un precioso planeta

que, aún, se mantiene vivo.


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355.- El jardinero y su fe

355.- El jardinero y su fe


El jardinero espera

cómo brota una flor.

Con esa santa paciencia

confía, un día, en ver a Dios.


Con la fe del jardinero

me acerco al mar cada día

esperando que las olas

me descifren mis enigmas:


-¿Dónde está Dios en mi vida?

-¿Por qué tantas miserias? 

-¿Santidad es humildad?

-¿La riqueza, en la iglesia?


Sin la fe del jardinero

nada tiene respuesta.

Confiemos en la fe

y en la Santa Paciencia.


Sólo nos queda esperar

que aparezca Dios un día;

y a cuidar nuestro jardín,

jardinero de por vida.

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354.- Doble vida


354.- Doble vida 


La doble vida que llevo,

la real y la virtual,

confunde mis emociones

para bien o para mal.


La tangible no espera;

me lleva con tanta prisa

que, apenas, tengo tiempo

para pensar en mis cuitas.


La intangible, ¡Oh, la intangible!

ella me espera y me absorbe,

me acuna y adormece

adentrándome en su orbe.


En su mundo, no hay tiempo,

sólo un vacío inmenso

donde me pierdo y me encuentro

hasta llegar a mi centro.


Una vez, fuera de él,

con una nota en mis manos,

agradezco el momento

como si fuera un milagro.

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353.- Pasiones de amor

 353.- Pasiones de amor


Las pasiones de amor, de hoy,

hojas de otoño, mañana,

se desbocan y retuercen

peleando bajo su mantra.


A todas horas del día

se buscan y se encuentran.

Palabras de amor, miradas

cómplices que se entregan.


El mundo de las pasiones

también tiene sus espinas,

largas y puntiagudas

que acarrean heridas.


Flechas que fueron de amor,

pueden tornarse de muerte;

miradas tiernas de ayer,

pueden ser que no se encuentren.


Pero... las hojas de otoño

servirán para un mañana

lleno de amor sin pasiones

que fluirán como el agua.

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