168.- Otra Primavera
Por fin ha puesto marzo
en tierras de Salamanca
algo de sol en la piedra
y algo de sal en su Plaza.
Por fin se visten de verde
los prados de las riberas;
de arcoiris, las chiquillas
y de azul, la primavera.
El Tormes sirve de espejo
a la ciudad y a sus torres,
al parador y a la Peña
y a los tímidos colores.
El ciprés, como batuta,
mira y apunta al cielo,
harto de marcar compás
de espera y de silencio.
Ya, por fin, abril se asoma
con sus verdes tallos tiernos
levantando con sus ramas
lo que ayer parecía muerto.
Y en el alambre, al sol,
como cometas al viento,
se anuncia la primavera
con ropitas del momento.
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