41.- Primavera 2014

Primavera 2014

Eran cuatro jovencitas

cogiditas de la mano

que giran en la ruleta

que van formando los años.

Cada una de la otra

se va en tiempo pasado.

Lo que hoy no es noticia

antaño fue deseado.

Hoy damos la bienvenida

a la más multicolor

donde flores e insectos

hacen gala de su don.

No es que sea la más bella, 

ni, entre todas, la más tierna

sólo es la que despierta

la naturaleza muerta.

A la vera de mi casa

prima todo su color;

donde ayer había tierra

hay pinceladas de Dios.

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40.- la gitana Felisa

La gitana Felisa

Puntillean los lunares

entre los verdes naranjos

mientras las pardas retamas

muestran sus encajes blancos.

Y en el aire, la canción

que la gitana Felisa 

cantaba de sol a sol:

-"Tus ojos son dos puñales

que cruzan por mi ventana

que  encerraíta me tienen

porque a ti te da la gana"

La batuta del ciprés

marca su última nota

y acoge con su silencio

a la gitana en su alcoba.

La gitana del barrio

se fue cantando,

entre verdes naranjos

con lazos blancos.

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39.- Mi prima, la marinera.

Mi prima, la marinera

Pusieron los marineros

cuatro puntos en la mar

y, uno tras otro, se fueron

al llegar el temporal.

Las olas se levantaron

por asomarse a la orilla

y, entre las olas, los barcos

sufrían sus sacudidas.

Y mi prima, ¡qué dolor!

marinerita de luto

cerraba su corazón.

Todas las olas pasaron

por delante de su casa

y a todas ellas miró,

dándole siempre la cara.

De todo cuánto tenía

sólo un hijo le quedó.

Mi prima, la marinera,

abre los ojos a Dios.

.../...

38.- Acto de fe

Acto de fe

Las agujas de los pinos

hieren el atardecer;

el cielo, cárdeno vivo,

se derrama por doquier.

¿Quién me prestaría a mí

un poquito de su fe

para ver en este entierro

a Jesús de Nazaret?

Abril de los andaluces

de silencios y pasiones

lleva en andas a su Cristo

entre saetas y clamores.

Vivo y no en la cruz

es el Cristo que yo quiero;

el Jesús de la agonía

es el hombre en el tiempo.

Las agujas de los pinos

hieren el atardecer;

el cielo, cárdeno vivo,

se derrama por doquier.

.../...

37.- Valle del Jerte

37.-Valle del Jerte

Una vez más, mis amigos

nos unieron a su cita.

El agua como testigo

de estos días de visita.

La amistad, como el agua,

se bebe con sed y a tragos.

Ellos saben, sin nombrarlos,

quiénes son y a quiénes hablo.

Todas las aguas del Valle

bajaban por las laderas

para unirse al río Jerte

que da vida a estas tierras.

Desde las cimas nevadas

venían bajando las aguas;

desde las cimas nevadas

 en bellas melenas blancas.

Hicieron fotos al Valle,

posamos en sus estampas,

visitamos los lugares

de cascadas y gargantas.

Una vez más, fue el agua

testigo de la escapada;

una vez más, la amistad

la bebimos como el agua.

…/…  

36.- Sillas confidentes

36.-Sillas confidentes

Toda silla guarda

secretos ocultos

de gente sencilla

que va por el mundo.

Una silla vacía

es todo un poema

que espera el momento

que alguien la quiera.

Una silla vacía

 en un rincón

 viene a ser la guitarra

 de aquel mesón.

Una silla vacía

en una alcoba

es testigo mudo

de nuestra persona.

Si me siento en ella

es para dejar

 posos de mi alma

y de intimidad.

 .../...

35.- Mi pueblo

35.-Mi pueblo

Mi pueblo guarda la historia

de todos los barbateños

que al final de cada día

oyen la mar a lo lejos.

Mi pueblo, allá en el sur,

es un pueblo marinero

abierto siempre a la mar

y a un horizonte incierto.

Mi pueblo, allá en el sur,

en tierras de Trafalgar,

se protege de las dunas

por un extenso pinar.

Mi pueblo, allá en el sur,

dicen que no tiene historia

ni personajes famosos

que lo eleven a la gloria.

Dicen, que el mismo Cervantes,

según cuentan los libros,

anduvo por estas tierras

para estudiar a los pícaros.

Mi pueblo, allá en el sur,

aunque no tenga su historia,

tiene en sus almadrabas

la identidad de sus costas.

Mi pueblo guarda la historia

de todos los barbateños

que, al final de cada día,

oyen la mar a lo lejos.

                                                                  …/…            

34.- Caminos

34.- Caminos

Hay caminos sagrados

y consagrados

y caminos perdidos

y desalmados.

Hay caminos de ricos

llenos de oro

y caminos de pobres

llenos de lodo.

Caminos que conducen

a la verdad

y caminos que llevan

a la maldad.

Hay caminos muy largos

en nuestra infancia

y otros cortos, muy cortos,

de militancia.

Hay caminos que llegan

hasta Belén

y caminos que nunca

podremos creer.

Mi camino es aquél

que me conduce

a aquéllos que quiero,

¡camino dulce!

…/…

33.- A rey muerto...

33.- A rey muerto…

  

Hay un enjambre zumbando

que le da su rica miel.

ella, reina de sus quejas,

piensa que no lo hace bien.

Cuando el camino es largo

hay que calmar nuestra sed.

Si te cansas en la ruta,

párate para beber.

A veces no comprendemos

la claridad de las cosas;

vamos siempre tan ligeros

que ellas mismas se alborotan.

Para hacer bien el camino

habla con tu acompañante,

no sea que tome otra ruta

con la intención de dejarte.

En la ramita de un pino

había una mariposa;

vino una abeja, y se fue.

¡Lo que son las cosas!

…/…