308.- La razón de mis giros
Estas nubes que pasan
por mi tejado
llegan como el mal aire
que me has dejado.
Herimos, sin querer,
por cosas tontas
a aquéllos que nos quieren
y nos soportan.
Por respeto y cariño
no dicen nada,
pero con sus miradas
parecen que hablan.
La vida da tantas vueltas,
innumerables y a ráfagas,
como el faro de mi pueblo
que gira y gira y no para.
En cada vuelta que da
y en uno de sus giros,
encontramos la razón
de quiénes somos y fuimos.
Si te digo cómo soy
te estoy mintiendo,
pues ni yo mismo sé
como me entiendo.
La razón de mis giros
la sabes tú;
y, aunque me mareo,
veo tu luz.
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