285.- Llanto de sauces ( a García Berlanga)
Acudieron los buitres
a la carroña:
un reciente ternero
que era la gloria.
El llanto de los sauces
sólo se oía
detrás de las puertas,
pena en vigía.
Sin querer, el ternero
fue el culpable
de la lucha de bandos,
pueblo ignorante.
Terminado el festín
dieron el vuelo.
Cuando le pique el hambre
vuelven de nuevo.
Y los sauces alzaron
todas sus ramas
como chopos gloriosos
de grandes llamas.
Con sangre de ternero
está escrita
la historia de los pueblos,
tinta de víctimas.
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