306.- En apenas unos días
En apenas unos días
mi hermano cerró sus ojos.
En apenas unos días
el llanto subió de tono.
En apenas unos días
mi hermano dejó su cuerpo.
En apenas unos días
se tiñó la mar de negro.
Atrás deja una estela,
oscura de calamar,
de gargantas destrozadas
de tanto y tanto llorar.
Pescador de vocación,
nunca se olvidó del mar,
aunque éste le envió una ola,
mortal de necesidad.
Con su sonrisa invitaba
a participar de ella
y con su voz anunciaba
momentos que se me quedan.
Cada año, por San Juan,
se nos vendrá a la memoria
el día que nos dejaste
deprisa y en pocas horas.
Como quién pierde un miembro
de su cuerpo y aún lo siente,
así vivo tu ausencia
y así lloro tu muerte.
En apenas unos días
mi hermano dejó su cuerpo.
En apenas unos días
se tiñó la mar de negro.
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