287.- Íntima de mar

287.-Íntima de mar 

Tacita de plata,

pañuelito blanco,

deja que me asome

a escuchar tu canto.

Las calles de Cádiz

dan todas al mar,

es como ir en barco

ajeno a embarcar.

De San Juan de Dios

a la catedral,

barrio del Pópulo

y, de nuevo, el mar.

El mar le da a Cádiz

sus playas y sal

y una bella bahía

íntima de mar.

Y es que en Cádiz

la sal se hace flor

y la espuma, cal

para su balcón.

Desde Cortadura

hasta la Caleta

las playas de Cádiz

blanquean de arena.

Tacita de plata,

pañuelito blanco,

deja que me asome

a escuchar tu canto.

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286.- Con música de John Lennon

 

286,.Con música de John Lennon

Los pinceles de Picasso

aguardan en un desván;

el cigarrillo de Bogart

se enciende en cualquier hogar.

La mano de Maradona

dicen que fue obra de Dios;

el mejor soldado de guerra

era Gila con su don.

John Lennon imaginaba

mientras zumbaban las balas;

la vaquilla de Berlanga

reparte a las dos Españas.

Sabina habla de Madrid,

Serrat, del Mediterráneo;

Machín, de angelitos negros,

y de poesía, Machado.

Don Quijote cabalgaba

junto a su escudero, Sancho;

las dos caras de la vida

vienen a compartir plato.

Los caminos del amor

nadie sabe adónde llegan;

lo que importa es caminar 

y no soñar con la meta.

Federico nos dejó

sus poemas para siempre:

"Verde que te quiero verde",

con sus palabras presentes.

Los pinceles de Picasso

aguardan en un desván;

la memoria de lo bello

está en cualquier lugar.

Los saltos del pensamiento

nos llevan a todas partes;

con música de John Lennon

son mucho más agradables.

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285.- Llanto de sauces

285.- Llanto de sauces ( a García Berlanga)

Acudieron los buitres

a la carroña:

un reciente ternero

que era la gloria.

El llanto de los sauces

sólo se oía

detrás de las puertas,

pena en vigía.

Sin querer, el ternero

fue el culpable

de la lucha de bandos,

pueblo ignorante.

Terminado el festín 

dieron el vuelo.

Cuando le pique el hambre

vuelven de nuevo.

Y los sauces alzaron

todas sus ramas

como chopos gloriosos

de grandes llamas.

Con sangre de ternero

está escrita

la historia de los pueblos,

tinta de víctimas.

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284.- Sin tacones

284.- Sin tacones 

Quiso pintarse los labios

y depilarse las cejas,

pero por no llegar tarde

salió a unirse con ellas.

Saludó a sus amigas,

una a una las fue besando,

comentando cuánto tiempo

y cómo lo habían pasado.

Pasearon mientras hablaban

por las calles de su barrio;

tomaron unas cervezas

mientras lo hacían charlando.

Después llegaron los locos,

los malvados desalmados,

irrumpiendo en el grupo

dando golpes y porrazos.

A fuerza de puñetazos,

guantazos y puntapiés,

murió una de las amigas;

se llamaba Samuel.

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283,. Con la tele encendida

 

283.- Con la tele encendida

En un rincón del alma

de nuestra intimidad,

guardamos lo perdido

en nuestro caminar.

Con la tele encendida

sólo para nosotros,

vemos en la pantalla

a los nuestros y a otros.

Se fueron nuestros padres

y muchos familiares,

dejándonos momentos

con preciosas imágenes.

Vivencias con personas 

cercanas y queridas,

se quedaron atrás,

lejos y enmudecidas.

La pantalla nos muestra

lo más querido,

a aquéllos que siempre

viven conmigo.

En un rincón del alma

de nuestra intimidad

guardamos en secreto

amores de verdad.

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282.- La vida como recreo

 

282.- La vida como recreo

Cada vez estoy más cerca,

cada vez pienso y creo

que todo es primavera,

que la vida es un recreo.

Como si fuera un camino

plácido que hay que andar,

la vida es tan generosa

que vivirla es disfrutar.

Y en ese deleite estoy,

como cualquier caminante,

siempre mirando al frente

y aprovechando el instante.

La meta, ya la sabemos,

lo que importa es caminar

siempre bien acompañados

para disfrutar aún más.

Quiénes salieron primeros,

no es que se queden detrás,

es que alcanzaron la meta

tras un largo caminar.

A ella nos dirigimos

por el camino elegido,

y allí esperaremos

a quiénes hacen camino.

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Y

281.- El Tajo de Barbate

281.- El Tajo de Barbate 

El acantilado tiene

una torre como cresta

que servía de vigía

y ahora nos sirve de meta.

Y es que pasear entre pinos,

con la mar siempre de fondo,

es como tocar el cielo

de este lugar fabuloso.

Entre enebros, retamas,

lentiscos, romeros y otros,

van perfumando el ambiente

para deleite de todos.

 

Nuestra meta es llegar,

justamente, hasta la torre

que se alza majestuosa 

coronando estos montes.

En su caída vertical,

el acantilado ofrece

un balcón abierto al mar

que casi nos pertenece.

Y es que el Tajo de Barbate 

es para los barbateños

la estampa más entrañable

y mítica de mi pueblo.

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280.-Como una buena madre

 

280.- Como una buena madre

Como masa viva de agua,

el mar va y viene a su antojo,

derramándose en la tierra

para parir lo que somos.

Y como madre nos da

sosiego y compañía,

además de ser puente

entre una y otra orilla.

A veces, es tan cruel,

como monstruo marino,

que devora a sus hijos

sin lógica y sin sentido.

Pero, siempre, como madre,

nos aguarda sin reproches

ofreciéndonos sus aguas

con todas sus bendiciones.

Me vio nacer y crecer,

y vio morir a mis padres;

siempre estuvo presente

como una buena madre.

Casi desnudo y en silencio,

escrutando en su interior,

veo, a lo lejos, una vela

y, a mi padre, de patrón.

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279.- Diferencias entre prosa y verso

 

279.- Diferencias entre prosa y verso

La prosa es un camino

muy largo que recorrer,

la poesía es un atajo,

aunque llegamos después.

La prosa tiene ingredientes

que no tiene la poesía,

todos ellos se cuecen

en la mejor armonía.

El poema es sólo un pico,

un lapsus, un arañazo,

un momento de descanso

o, tal vez, sea un hachazo.

La prosa es un océano

y el poema, una charca;

la primera es el todo;

la poesía, casi nada.

Mis poemas son trocitos

del puzzle que vivo y soy;

en cada pieza del puzzle 

encontrarás cómo estoy.

De vez en cuando me surge

una idea, un pantallazo,

que sobrevuela en el aire

a la que le doy trazos.

Y así, llevo doble vida:

la mundana y terrenal,

y ésta otra de abstracción

íntima y personal.

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278.- Vela latina

 

278.- Vela latina

La blanca vela latina

de la barca de mi padre

permanece ondeando

en mi mente, alejándose.

Después de todo un día,

regresaba a la playa,

aprovechando las olas

para llegar a vararla.

Traía el mejor pescado,

todos ellos de anzuelo,

calamares de potera

y su sonrisa en el cielo.

Nadie como él conocía

los sitios donde pescar,

las marcas para situarse

y las mareas de la mar.

Mi padre fue en su pueblo

ejemplo de pescador,

respetado marinero

con toda mi admiración.

La blanca vela latina

de la barca de mi padre

aún permanece ondeando

en mi mente y...alejándose.

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277.- Flores amarillas

 

277.- Flores amarillas

En mayo, Salamanca,

es una flor;

una flor amarilla

llena de sol.

El Tormes se hace estaño 

de puro brillo

que rodea a la flor,

fieles vecinos.

Con los rayos de mayo

llenos de vida

se le caen las ramas

a las encinas.

Y el campo se hace un mar

de olas de trigo;

el viento que lo mece

es viento amigo.

Los colores de mayo

se han extendido

por los campos y pueblos

y por el río.

Por encima del Tormes

brilla una flor,

una flor amarilla 

llena de sol.

Y es que, en mayo en punto,

en Salamanca,

las flores amarillas

llenan su plaza.

Salamanca seduce

con este ambiente

de flores amarillas

y con su gente.

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276.- Como cualquier lugareño

276.- Como cualquier lugareño 

A Salamanca llegó

un andaluz, gaditano,

en un barco de papel

con olas de contrabando.

Y allá donde llegaba

dejaba su olor a mar,

no porque él lo quisiera,

lo delataba su hablar.

Llevaba un poemario

lleno de playas y sol

y de un barco navegando

con viento a su favor.

Recorrió todas sus calles,

disfrutó de sus paseos,

bebió, también, en sus bares,

como cualquier lugareño.

Al regresar a su tierra

hablaba de aquel lugar

donde las piedras se encienden,

casi, cuando el sol se va.

Hablaba de una gran plaza

que servía de salón;

dentro de ella, un enjambre

de gente en su mirador.

Hablaba también de un río,

de un ciego y de un tal Lázaro;

de campos llenos de encinas,

y gente de bar y campo.

De estudiantes en la plaza,

de extranjeros deambulando,

conociendo la ciudad;

de la piedra y sus encantos.

En la terraza de un bar,

estoy sentado, dudando,

si mirar hacia la mar

o a la plaza y sus encantos.

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275.- Caballo de Troya

275.- Caballo de Troya 

Este caballo de Troya

donde estamos metidos,

nos sirve de protección

del más terrible enemigo.

Mientras tanto, acechamos

qué ocurre en el exterior;

miles de los nuestros mueren

por este  virus traidor.

Habrá que tener paciencia 

hasta aguardar el momento

en que salgamos triunfante

cuando el virus haya muerto.

Dentro, nos toca llorar

por aquéllos que se fueron,

por quiénes lo padecen

y quiénes lo sufrieron.

Volveremos a salir

y reconquistar espacios;

nuestro caballo de Troya

nos ayudará al asalto.

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274.- Juegan fichas nuevas

274.- Juegan fichas nuevas 

La Tierra es el tapete

dispuesto para el juego.

Nosotros somos sus fichas;

nuestro adversario, el tiempo.

La casilla de partida

corresponde a nuestros padres.

A partir de algunos años

todos somos juez y parte.

Por supuesto, somos libres 

de hacer cualquier movimiento,

pagando nuestros errores

con dolor y sufrimiento.

Aquí, desgraciadamente,

no tenemos vuelta atrás.

La maquinaria del tiempo

gira y gira sin parar.

Habrá que aprender conceptos

para resolver problemas

y adelantar a otras fichas

para valorar la nuestra.

Cada cuál busca su meta,

que es la felicidad,

entregándonos de lleno

como en un juego de azar.

Pocos llegan a la meta 

antes que acabe su tiempo;

al final de la partida...

fichas nuevas...gana el tiempo.

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273.-Retratos de Salamanca

273.- Retratos de Salamanca 

La encina es a Salamanca

como el olivo, a Jaén;

Como el naranjo, a Valencia;

como la vid a Jerez.

Los campos de encinas son

círculos desde la altura,

verdes, en un tapiz verde,

como pequeñas burbujas.

El Tormes, por Salamanca,

es lo que el Sena a París,

sólo que el sol de sus aguas

brillan más las de aquí.

Todas las calles nos llevan

a la gran Plaza Mayor;

quién se pierde en Salamanca

es que le falta un hervor,

Bajando las catedrales

pronto llegamos al río;

lo cruza el puente romano,

y, a este lado, el Lazarillo.

"¿Quién me prestaría a mí  

un poquito de su luz

para ver a Salamanca

tan bien como la ves tú?"

El histórico ciego

no pudo ver

el color de la piedra,

dorada miel.

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272.- ¡Salud, con sus maravillas!

 

272.- ¡Salud, con sus maravillas!

Brindo por todos vosotros

y por vuestra sencillez,

por la amistad que nos une

y esas cosas del querer.

Brindo para que pronto

nos volvamos a encontrar

y cantar, de nuevo brindando,

celebrando la amistad.

La sencillez de una línea,

el garabato de un niño,

 el circulito de un árbol,

las leves ondas de un río.

Los colores de Miró,

los dibujos de Picasso,

las líneas grecorromanas,

de los árabes, sus arcos.

Lo esencial es lo sencillo;

la simple hoja de un árbol

nos aporta información

y lectura de su campo..

La gente sencilla

te hace pequeño;

la humildad en el hombre

lo eleva al cielo,

Una recta con un punto

es una puesta de sol,

o una línea espiral

es concha de caracol.

Así, pues, quiero brindar

con palabras muy sencillas,

como el agua que nos llega

fresca y clara de la vida.

¡Salud, con sus maravillas!

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271.-Reflexiones con atardecer

 

271.- Reflexiones con atardecer

Soy un simple transeúnte

con alma de marinero;

un hombre que, al fin y al cabo,

navega a cielo abierto.

Los golpes que da la vida

también son golpes de mar;

unas veces son arrecifes

donde puedes zozobrar.

Otras, son las tempestades,

con olas de maremoto

que, por más que maniobres,

te pueden llevar al fondo.

Luego están los accidentes,

y choques entre dos barcos,

con náufragos y desgracias,

siempre, por ambos bandos.

Así, como transeúnte,

a pesar de contratiempos,

navego a cielo abierto

con alma de marinero.

Por la orilla del mar

camina un hombre 

que mira, como siempre

el horizonte.

"La rayita del mar

tiene un lunar

que oscurece la tierra

cuando se va"

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270.- Días de azúcar y pan

270.-Días de azúcar  y pan

Otra vez, veinte de Enero.

Otra vez, San Sebastián.

Otro día más de invierno.

Otro día más que sumar.

Mis recuerdos se me pierden

en días de azúcar y pan,

jugando entre las dunas, 

siempre cerca de la mar.

Y en la tarde, a por palmitos

para rendir fe al patrón;

alejándonos del pueblo

y acercándonos a Dios.

De aquellos días de ayer,

hoy han hecho romería;

llevando a San Sebastián

en carroza por la Villa.

"Llevemos palmitos

a San Sebastián

y que el frío de Enero

nos haga bailar"

Otra vez, veinte de Enero.

Otra vez, día de frío.

A pesar de la distancia,

otra vez, me siento niño.

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269.- Imagen eterna

 

269.- Imagen eterna

El tiempo es una fuente

que nos quita la sed.

El día que no bebamos

es porque se nos fue.

Cada cuál tiene el suyo,

y el tiempo, el de todos;

se pierde en el pasado

y se esconde en nosotros.

Su futuro, un enigma

que todos presagiamos

y que desconocemos.

Él sólo es su aliado.

Fuera del tiempo, nada;

o tal vez lo inventamos.

Al vivir en nosotros

nos vemos limitados.

En el tiempo nacemos.

Él nos hace crecer

y lo reconocemos

pero no como un ser.

Nada como el tiempo

para poner las cosas,

justamente, en sus sitios,

incluidas las personas.

La imagen se eterniza

al estar fuera de él.

Los demás nos verán

como la última vez.

Aquéllos que se fueron

nos dejaron su imagen,

viva, fuera del tiempo

y con el mismo aire.

Hasta las amapolas

tienen su tiempo.

Fuera del tiempo, nada;

Arena y viento.

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