224.-Primavera de dolor
El mundo tiene una pena
tan grande como la plaga
que lo envuelve en una nube
y hace de las casas, jaulas.
Y en una de ellas me encuentro,
y en vez de trinar, escribo
y lanzo mi grito al cielo
en calidad de testigo.
Lo que ahora está pasando
es lo inverso del maná;
allá eran dones de gracia,
un virus de muerte, acá.
Puedo ver desde mi casa,
a través de una pantalla,
cómo lloran las ciudades
a sus muertos por la plaga.
Mientras, aquí, confinado,
con la primavera en flor,
regamos con nuestras lágrimas
este mundo de dolor.
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