3.-Princesa de un día
Llevaba Lucía
su vestido blanco,
sus guantes de mallas,
su pelo alisado.
Detrás le seguían
sus padres y hermano.
todos sus abuelos,
sus seres cercanos.
Su cara de ángel,
inquieta y nerviosa,
le hacía sonreír
sintiéndose hermosa.
Después del banquete,
cambió su vestido
por otro de calle,
aún más sencillo.
Llevaba Lucía
un brillo en sus ojos
que ella compartía
con todos nosotros.
Y atrás se quedaba
un hermoso día
donde ella era
princesa de un día.
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