280.- Como una buena madre
Como masa viva de agua,
el mar va y viene a su antojo,
derramándose en la tierra
para parir lo que somos.
Y como madre nos da
sosiego y compañía,
además de ser puente
entre una y otra orilla.
A veces, es tan cruel,
como monstruo marino,
que devora a sus hijos
sin lógica y sin sentido.
Pero, siempre, como madre,
nos aguarda sin reproches
ofreciéndonos sus aguas
con todas sus bendiciones.
Me vio nacer y crecer,
y vio morir a mis padres;
siempre estuvo presente
como una buena madre.
Casi desnudo y en silencio,
escrutando en su interior,
veo, a lo lejos, una vela
y, a mi padre, de patrón.
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