271.- Reflexiones con atardecer
Soy un simple transeúnte
con alma de marinero;
un hombre que, al fin y al cabo,
navega a cielo abierto.
Los golpes que da la vida
también son golpes de mar;
unas veces son arrecifes
donde puedes zozobrar.
Otras, son las tempestades,
con olas de maremoto
que, por más que maniobres,
te pueden llevar al fondo.
Luego están los accidentes,
y choques entre dos barcos,
con náufragos y desgracias,
siempre, por ambos bandos.
Así, como transeúnte,
a pesar de contratiempos,
navego a cielo abierto
con alma de marinero.
Por la orilla del mar
camina un hombre
que mira, como siempre
el horizonte.
"La rayita del mar
tiene un lunar
que oscurece la tierra
cuando se va"
.../...
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