256.- Entre los 60 y los 70
Cuando amar sólo era un verbo
y el amor, un sustantivo,
la vida fluía despacio
entre los juegos y amigos.
El mundo era un balón
y un campo donde jugar;
el premio al ganador,
un canto para humillar.
También teníamos la calle
con toda su libertad;
sus cuatro esquinas al viento
de caras, todas, al mar.
Y llegó la adolescencia
y con ella, la pandilla;
el mayor de los ridículos
nos servía como risas.
Llenamos nuestros bolsillos
de historietas y aventuras,
de excursiones al pinar
y de días de locura.
También teníamos un club
con nuestro maestro de baile
y, cada fin de semana,
lo aprendido era aplicable.
Después se cerró la puerta;
cada mochuelo, a su olivo
y cada palo, a su vela.
Bien lo saben mis amigos.
.../...
Preciosa redacción que nos traslada a recordar nuestras vivencias en el pasado.
ResponderEliminarGracias amigo Chano por hacernos más felices con tú poesía.