251.- Como pajaritos
En aquel tiempo, los niños
no teníamos juguetes,
sólo la imaginación,
la calle y los amiguetes.
Para nosotros, la calle
era un perfecto escenario
donde esconderse y jugar
con todo nuestro muestrario.
La imaginación llegaba
a fabricar los juguetes,
a sentirnos astronautas
o auténticos jinetes.
En los juegos de aquel tiempo,
los niños de nuestro barrio,
éramos todos un grupo;
los de otro barrio, adversarios.
En casa sólo estábamos
para lo imprescindible,
poco más: comer, dormir...
aunque, hoy, parezca increíble.
Con éso éramos felices.
Todo estaba escrito,
nada nuevo que pedir.
Y, en las jaulas, pajaritos.
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