156.- Hora de ensayo
A las siete en punto
se alza el telón
y los componentes
aclaran su voz.
Giros de cabeza,
flexiones de brazos,
cómplices miradas
y pequeños saltos.
El abejorrito
cogió la batuta,
levantó las cejas
y pidió disculpas.
Los miembros del coro
no daban las notas
y, por fin, salieron
trinos de sus bocas.
El abejorrito
levantó las cejas
y, tomando aire,
da entrada a las cuerdas.
Al tercer intento
salió la canción,
y,el abejorrito,
da gracias a Dios.
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