51.-Soliloquio
No
sé si debo pensar
que
todo lo que uno tiene
como
la mar, viene y va
sin
saber qué nos conviene.
Por
los caminos que hago
voy
hablando a viva voz,
y, ya que nadie me escucha,
siempre
llevo la razón.
En
mis soliloquios hablo
al
hombre que va conmigo,
para
que quede más claro
aquello
que no distingo.
Y
en este punto me encuentro,
confuso
conmigo mismo,
sin
saber si estoy despierto
o
es fatiga del camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario