231.- Un santo muy peligroso
Él era un santo en su casa
y un diablo con los demás.
De misa, casi, a diario
y, hasta cruel, sin piedad.
Para los suyos, humilde,
simpático y generoso;
para los demás, tirano,
arrogante y peligroso.
Su responsabilidad
le lleva, según su celo,
a esa ambigüedad
donde deja ver su "talento"
Es un hombre poderoso
que pisa a quién le moleste,
pero gusta que lo vean
como humilde e inocente.
Confía en el perdón
que su religión le otorga,
que, como una ducha diaria,
le limpia sus malas obras.
Pone cara de cordero
cuando va a comulgar
y de poderoso león,
a ojos de los demás.
Se considera un ilustre
por su condición social;
creyendo estar por encima,
sólo, porque tiene más.
Es ese hombre de Machado
que tiene la cabeza hueca,
que aplaude a la democracia
sólo cuando ellos gobiernan.
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