109.-Llamada sin
respuesta
Todos
los días, mi padre,
acudía
al cementerio
a
visitar la sepultura
donde
yacía mi madre.
Era
sólo un instante.
Daba
unos golpecitos,
como
quién llama a una puerta
para
avisar a quién no abre.
Tras
este corto ritual,
salía
del cementerio,
resignado
y satisfecho,
hablando
de su final.
Después
de más de diez años,
enterramos
a mi padre.
Ahora
yacen los dos juntos.
No
sé quién irá a llamarles.
Pues tú, que los recuerdas con un poema tierno y emocionante. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo
gracias por tan sincero comentario
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