396.- gracias a la vida por esta tregua
Cuando se acabe la luz
que, todavía, me alumbra,
cuando se aleje el sonido
que, aún, hoy me susurra;
cuando deje de pagar
esta bendita hipoteca
que me ofreció la vida,
le agradeceré esta tregua.
Una tregua que nos dan
para conocer el mundo,
para gozar por vivir
en este espectáculo único.
Y es que vivir es amar
el mundo que nos rodea;
a familiares y amigos
y a todo lo que conlleva.
Cuando se acabe la luz
que todavía me alumbra,
cuando se aleje el sonido
que, aún, hoy me susurra,
me iré agradecido
por esta bendita tregua
que me ofreció la vida
sin gastos por su hipoteca.
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