395.- Con la fe en las estrellas
El día pierde las horas
si no esperamos nada
y, la noche, su encanto
si las estrellas te engañan.
Y aún así, confiamos
en que los días se detengan,
que las noches se iluminen
y que, también, nos sorprendan.
Si la fe mueve montañas,
la esperanza, el corazón.
Es mejor ser optimista
que vivir sin ilusión.
Hay un ciego que se queja
porque no ve a su Granada,
pero, al tiempo, da las gracias
por lo bien que ve su alma.
Al igual que las monedas,
todo tiene sus dos caras;
nos quedamos con la buena,
para quejarnos, la mala.
Y en ésas nos movemos
con los giros de la tierra:
para la luz, la esperanza;
para la fe, las estrellas.
.../...
Aquí siguiendo tus trabajos.
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