domingo, 22 de septiembre de 2024

366.- Mi adiós a las mariposas


366.- Mi adiós a las mariposas


Puse mi voz en sus manos

y mi mirada, también;

fluía una melodía

que me erizaba la piel.


La niña que las dirige,

con manos de mariposa,

iba marcando el compás

con la sonrisa en la boca.


Mis compañeros de coro,

repartiéndose las voces,

buscaban las mariposas

para entonar con acorde.


Una explosión de armonía,

de belleza musical

y alegría personal,

inundaba el local.


Y así, en todos los ensayos,

en todas las actuaciones,

en todas las temporadas

y en todas las ocasiones.


Durante más de diez años 

perseguí las mariposas,

que siguen marcando el ritmo,

aunque yo esté en otras cosas. 

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jueves, 19 de septiembre de 2024

365.- Nos queda la memoria

365.- Nos queda la memoria


No encuentras lo que buscas,

ni vuelve lo que se pierde,

ni llames a la puerta

que en esa casa no hay gente.


Todo estuvo en su tiempo,

aunque fue en un pasado;

en el presente de hoy

los actores han cambiado.


La puerta sigue cerrada;

la barca, muy en el fondo;

mi paraíso de niño

era un patio con un pozo.


Los huertos de aquellos tiempos,

hoy son casas alineadas 

que me impiden ver la mar,

baluarte de miradas.


No vuelve lo que se pierde:

el arrullo maternal,

la inocencia infantil,

la juventud como tal.


Lo que tuvimos se fue,

al igual que sus actores;

lo que queda para siempre

es la memoria de entonces.

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