342.- Una tarde de hornazo
Salamanca es una estrella
que brilla desde lo lejos;
lo bueno de esa estrella
es que pisamos su suelo.
-"Estrella, estrellita,
déjate ver
que los días contigo
son días de miel"
A Salamanca le gusta
escuchar las serenatas
entonadas por las tunas,
en las noches, en su plaza.
También le gusta mirarse
y reflejarse en el Tormes,
haciendo del río, testigo,
de la ciudad con sus torres.
Tiene un día, Salamanca,
en que se siente muy sola;
es en su Lunes de Aguas,
conocido por su historia.
Ese día, los salmantinos,
dejan sola a su ciudad;
todos se echan al campo,
en la tarde, a merendar.
La tradicional merienda
es el típico hornazo,
conocido por vecinos
para elogiar tal bocado.
La historia de ese Lunes
es famosa por su origen;
cosa que no contaré,
el Padre Putas lo dice.
Terminada la jornada
se regresa a Salamanca,
contentos y satisfechos
por contribuir a su fama.
Y la ciudad lo agradece,
a pesar de su orfandad;
sólo ha sido una tarde
que la engrandece aún más.
Salamanca es una estrella
que brilla desde lo lejos;
lo bueno de esa estrella
es que pisamos su suelo.
-"Estrella, estrellita,
déjate ver
que los días contigo
son días de miel"
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