86.- Sin sombrero
En la terraza de un
bar,
cerca de unos
jardines,
el día se iba
despacio
tras largas marchas
civiles.
Por la Libertad
pasaba
gente normal y
sencilla,
para perderse después
por una de sus
esquinas.
Una mujer sin
sombrero,
recostada en una
silla,
brindaba con vino
blanco
por el amor a la
vida.
lleno de felicidad,
nos incluía a todos
para bien de los
demás.
Su generosa bondad,
junto a su amable
sonrisa,
reivindicaba con
gestos
estos momentos del
día.
-“Cada hoja que nace
en mi jardín
es un motivo más
para vivir”
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